Homo moneta

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jueves, 22 de julio de 2010

Obama firma la Reforma Financiera

El día de ayer el Presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, compareció en su reporte semi anual de política monetaria frente al Congreso de los Estados Unidos para hablar entre otras cosas de la reforma financiera que fue firmada por el Presidente Barack Obama esa misma mañana. Con respecto a esta última, Bernanke adoptó una postura bastante optimista afirmando que "esta legislación representa un progreso significativo hacia la reducción de potenciales crisis financieras en el futuro, además de que fortalece la capacidad de los reguladores financieros para responder a los riesgos que puedan emerger. Más importante aún, esta legislación fomenta la estabilidad del sistema financiero en su totalidad en formas consistentes con esta nueva legislación".

Ante el entusiasmo del señor Bernanke no pude menos que revisar la reforma financiera más radical desde la Ley Glass-Steagall en 1933. La denominada Ley Dodd-Frank, llamada así en honor a sus arquitectos Chris Dodd y Barney Frank, desarrolla tres puntos esenciales:

- La expansión de los poderes y responsabilidades de múltiples agencias: La Ley Dodd-Frank crea un consejo de asesores reguladores en materia de amenazas emergentes, consolida en una sola agencia la supervisión de un amplio catálogo de productos y servicios financieros que va desde hipotecas hasta tarjetas de crédito, y la FED podrá intervenir con respecto a intermediarios que comprenden el "Shadow Banking System".

- Derivados: Literalmente aquí y en China los derivados son vistos como el elemento futuro que desatará la siguiente gran crisis sistémica debido principalmente a su opacidad y los factores de inestabilidad que insertan en el sistema, por lo que la Ley que nos ocupa presenta las bases para el establecimiento de un intermediario público que haga un seguimiento previo de la negociación, de su desarrollo y el resultado.

- El problema de los bancos demasiado grandes para quebrar: La aportación más importante de este cuerpo normativo es la creación de una autoridad que tendrá facultades para controlar y en su caso liquidar a toda aquella institución que a través de sus fallas represente un peligro para el equilibrio sistémico. Este régimen ya existía para los bancos tradicionales pero se ha extendido a compañías como AIG o la extinta Lehman Brothers con el fin de proteger a los contribuyentes.

Este paquete regulatorio pasa a ser un elemento más del esfuerzo global que busca establecer controles gubernamentales en un sector que, antes del 2007, se sostenía en la hipótesis de los mercados racionales. Los banqueros a pesar de su enojo, hoy respiran tranquilos gracias a que el proyecto de la Ley Volcker y el fantasma de la Ley Glass-Steagal quedan en el recuerdo.

Sin embargo, a pesar de tener las mejores intenciones, presenta todavía algunas fallas. Primero, tiene su origen en una postura populista la que jamás será compatible con el sector financiero puesto que ha quedado evidenciado a través de la historia que estas leyes sólo restringen el actuar, limitan el crédito y llevan a conflictos abiertos entre el Estado y los banqueros debido a la falta de comunicación y coordinación necesarias para materializar una ley acorde al espíritu de los tiempos; segundo, la ley en cuestión regula en función a la forma y no a la función, esto se deriva de la falta de actualización normativa referida al modelo tradicional 3-6-3 y se puede apreciar en el hecho de que la FED podrá auxiliar a controladoras bancarias bajo determinadas condiciones, pero limitará ésta ayuda a otros participantes que son sistémicamente importantes, lo que llevará a la adquisición masiva de pequeños depositarios cuando los intermediarios no bancarios se encuentren en problemas transfiriendo así el riesgo desde los mismos cimientos del sistema; y tercero, se acusó durante la elaboración de esta ley que gigantes como Goldman Sachs (los cuales cabe destacar se mantuvieron saludables durante el fenómeno subprime) fueron los causantes del presente escenario, pero no se contempla en ningún punto reformas regulatorias que contemplen las operaciones de instituciones como Fannie Mae y Freddie Mac las cuales como es bien sabido representaron un papel en el desarrollo de las políticas de la Democracia Financiera que condujo a la Crisis Subprime, después de todo, de buenas intenciones está hecho el camino al infierno.

lunes, 19 de julio de 2010

La Nueva Banca en China

La reconocida revista The Banker acaba de publicar su reconocida lista de los 1000 bancos más grandes del mundo la cual, es un punto de partida ideal para analizar las tendencias internacionales tal como se pudo apreciar con el ascenso y la caída de las políticas keiretzu que condujeron a la economía japonesa en los 80 y el apogeo de los bancos occidentales. Sin embargo, hoy en día es posible apreciar que los bancos en los mercados emergentes son cada vez más grandes, mucha gente espera que en el mediano plazo veremos bancos de la India dentro de los 15 más grandes, mientras que bancos chinos y brasileños ya se encuentran ahí. Los bancos chinos en particular son muy interesantes. La revolución bancaria en China contrasta con la revolución financiera de los sistemas occidentales ya que, mientras los bancos americanos y europeos hacen frente a una revolución regulatoria que se materializará en mayores índices de capital, limites al tamaño de los intermediarios y sus actividades, y la creación de super reguladores entre otras propuestas, China se ha dedicado a reformar su sistema para así eliminar a la burocracia comunista y ampliar el margen de operación de los bancos que eran propiedad del Estado (esta transición se completó con la "liberación" del Agricultural Bank of China en el presente año) para así colocar a 4 de sus grandes bancos dentro de los 10 más valiosos en el mundo, encabezados en el primer lugar por el Industrial and Commercial Bank of China y el China Construction Bank en el segundo.

China a su vez es el sistema financiero modelo en la generación de formas transitorias ya que a pesar de presentar un crecimiento mayor al visto durante el establecimiento de las políticas keiretzu en Japón, ha llevado una muy buena crisis en donde no ha caído en la tentación de exponerse abierta y repentinamente a la volatilidad de los mercados y sus reguladores limitan la participación de la banca y de los capitales extranjeros mientras llevan a cabo dicha transición. Esta política que puede ser calificada de conservadora se ve reflejada en los paquetes de pagos que reciben las cabezas de sus intermediarios, por ejemplo, el presidente del Industrial and Commercial Bank of China recibió sólo $134,000 dólares por este concepto.

La pregunta inicial en este tema es ¿Cómo lo consiguieron? Bueno, el modelo bancario conocido como Beijing tiene sus raíces en los años posteriores a la Crisis Asiática. En sus inicios los políticos y reguladores exhortaron a los bancos a incrementar el otorgamiento de créditos los cuales se incrementaron de forma exponencial hasta llegar a una proporción del 102% con respecto al PIB en 2008 y 127% en 2009. A pesar de que que esta parte de la política financiera china tiene muchos admiradores en países como Brasil e India uno no puede dejar de advertir el problema subprime en la misma ya que inmediatamente tres cuartas partes de las obligaciones quedaron insolutas, lo anterior hizo de China el país líder en rescates bancarios lo que llevo a los reguladores a adecuar el modelo 北京 para evitar dichas situaciones ya que tan solo en 1998 se invirtieron $420 mil millones en el rescate de 5 bancos.

Tal como mencioné en una entrada previa, China a través de financieros como Liu Mingkang, presidente de la Comisión de Regulación Bancaria en China, se postulan en contra de extender el crédito en demasía teniendo en consideración la potencial amenaza y de entrar de forma plena a los mercados financieros internacionales ya que la prioridad en la agenda de las autoridades financieras chinas es llevar a buen término el boom crediticio que los ocupa para así poder dedicarse a diseñar la infraestructura que les permita explotar de forma óptima los mercados de deuda soberana y mercados accionarios.

El reporte de The Banker y otros estudios representativos en la materia presentan a los Bancos Chinos como las instituciones dominantes en el contexto presente debido a el gran potencial endémico de crecer en su propio país gracias a la libertad operacional que se les ha otorgado durante la última década. Con sustento en esto, la segunda fase de reformas del modelo Beijing se sostendrá sobre dos pilares: Primero, estabilizar y enlistar la mayor cantidad posible de intermediarios en manos del gobierno y regularizar las múltiples cooperativas rurales que operan en las provincias más allás del control de las autoridades financieras, mientras que el segundo pilar consistirá en reforzar la disciplina comercial y la transparencia en el sector.

Finalmente, con relación a este segundo pilar, el dragón rojo y amarillo se ha enfocado en las actividades vinculadas a contratos tipo deuda como préstamos respaldados por garantías gubernamentales y préstamos transferidos de las hojas de balance a fideicomisos u otras figuras afines. Como todo producto de la innovación financiera estos nuevos productos traen un gran factor de inestabilidad debido a la opacidad derivada de su novedad y las limitantes colocadas a la participación extranjera por lo tanto este escenario, el desafío de China es continuar creciendo sin caer en la exuberancia irracional que ha llevado a naciones como Japón y Estados Unidos a caer en grandes crisis financieras. Si no cae en las manos de Fobos y Deimos, China puede poner el ejemplo de como se deben generar formas transitorias, sin sacrificar el tamaño de sus intermediarios y manteniendo una solidez como pocas veces se ha visto.

miércoles, 7 de julio de 2010

Evolución y Protagonismo Financiero Internacional

El pulpo Paul pudo predecir la caída del cuadro germánico en la Copa del Mundo, pero sería capaz de predecir ¿qué bancos emergerán como protagonistas en el nuevo orden financiero internacional? Durante los últimos cuarenta años hemos presenciado un cambio en el protagonismo institucional, por ejemplo, si vemos la lista de los mejores 1000 bancos que publica anualmente The Banker, podremos apreciar no sólo a los gigantes financieros sino el rol desempeñado por las economías que los han producido. Esto último es de gran importancia y nos presenta una pista ya que de acuerdo con la teoría de Gurley-Shaw los bancos reflejan el nivel de desarrollo de una economía en su conjunto.

Es bien sabido que es considerado poco profesional para los economistas basar sus análisis en historias de la antigua Babilonia o del esplendor de la Italia del Renacimiento, pero es en esta secuencia de eventos donde podemos apreciar el papel desempeñado por las innovaciones financieras y como, a través de sus infinitas variaciones, nuestra civilización ha sido forjada. Estos eventos no sólo sirven para explicar los hechos, son los hechos mismos.

Tal como ya he expuesto en entradas anteriores, las nuevas generaciones han podido apreciar el incremento en el número y diversidad de sistemas financieros durante el periodo de la postguerra, los cuales tienen sus orígenes en la salida de los regímenes coloniales de muchos países, la disolución de algunos imperios y en la caída de la Unión Soviética; sin embargo, la diversidad y la innovación financiera tienen orígenes más remotos. A pesar de que no sería del todo correcto afirmar que los pilares de nuestro mundo financiero fueron concebidos en la antigua Babilonia, donde los préstamos se limitaban a ser simples adelantos reales o provenientes de templos religiosos como el Templo Rojo de Uruk, es un excelente punto de partida para apreciar que la innovación financiera y el cambio de roles no son un fenómeno nuevo en los sistemas financieros. En esta civilización tradicionalmente se pueden identificar los fundamentos de las actividades pasivas y activas que conforman el núcleo del negocio bancario los cuales fueron concebidos originalmente para propósitos de simple consumo, aquí radica la razón principal del por qué los usureros, gente que presta dinero con intereses, fueron excomulgados por el Tercer Concilio de Letrán en 1179. Posteriormente, el negocio bancario tuvo que hacer frente a problemas prácticos derivados de las prácticas comerciales que fomentaban la circulación de múltiples monedas por lo que los intermediarios se vieron en la necesidad de ajustar su estructura para orientarla hacia el comercio y las finanzas internacionales dando nacimiento así a los precursores de los bancos centrales modernos y al sistema de reservas fraccionarias. Con el paso del tiempo, la rápida expansión de los mercados financieros incentivó a los banqueros a dirigir su atención hacia las inversiones industriales generando la idea de que un banco puede estar facultado para invertir en valores. Finalmente, con el surgimiento de los mercados alternativos, pudimos ser testigos de cómo los intermediarios adoptaron una postura emprendedora a través de la cual dejaban atrás su papel histórico para así incrementar la complejidad de los sistemas financieros y de las actividades bancarias.

Hoy en día, tras la multicitada crisis, parece existir una noción de estancamiento de la cual surgen afirmaciones como que los sistemas financieros de Asia y del BRIC empiezan a desafiar las nociones del Occidente, y que estos se proyectarán en los años venideros sustentados en su proporción en el PIB global, la representación porcentual de sus poblaciones y finalmente el impacto de la reciente crisis financiera. Sin embargo fallan en considerar que los factores aquí enunciados ocultan el factor "subprime" latente en todo sistema financiero susceptible de sucumbir a la exhuberancia y al miedo. Lo anterior preocupa a países como China quien través de financieros como Liu Mingkang, presidente de la Comisión de Regulación Bancaria en China, se postulan en contra de extender el crédito en demasía teniendo en consideración la potencial amenaza "subprime" la cual deberá ser erradicada en el futuro a través del desarrollo de actividades de intermediación que trasciendan al modelo tradicional.

En lo personal considero que la evolución de nuestros sistemas continuará y se decantará a favor de aquellos sistemas que desarrollen el andamiaje legal e institucional que les permita en los años venideros promover la desaparición de los bancos comerciales tradicionales en favor de dos tipos de instituciones especializadas: los bancos restringidas a activos negociables o fondos de inversión, que invierten los depósitos del público en títulos negociados y, por otra, las entidades financieras o instituciones crediticias, que financian préstamos emitiendo deudas o acciones.