Homo moneta

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domingo, 7 de abril de 2013

La burbuja del Bitcoin

En entradas anteriores, en particular aquella que se titula "La Moda Austriaca" (http://israelcedillol.blogspot.mx/2012/11/la-moda-austriaca.html) dejé de manifiesto que los proyectos "democráticos" como Bitcoins obedecen a un impulso irracional originado por la aversión hacia los intermediarios tradicionales después del colapso de Lehman Brothers fundamentando los mismos en la teoría de la banca libre planteada por F.A. Hayek. Bajo el mismo espíritu de aversión, durante las negociaciones del rescate bancario de Chipre se habló, con base en las pasiones del momento, introducir y fomentar el uso de Bitcoins en ese país, tal como se puede apreciar a través de la instalación del primer cajero de Bitcoins en el mundo, el cual sería bidireccional, es decir, se podrían canjear Bitcoins por moneda de curso legal y viceversa.

En el contexto de la primera semana de abril de 2013, en donde más de $1,400M de dólares de Bitcoins circulaban en la red, una cantidad que supera el valor del "stock" monetario de países como Islandia (corona), Liberia (dólares liberianos), Uruguay (peso) y Bután  (Ngultrum), el tema de las unidades de cambio digitales está en boca de todo mundo e incluso se especula la existencia de una burbuja especulativa, opinión con la cual coincido. Estas unidades de cambio, que no cuentan con el respaldo de un banco central u otra autoridad, son el resultado de pasiones viscerales que se verán conducidas a uno de dos escenarios: 1) o alguna autoridad las adopta y regula (algo que veo poco probable) o 2) la burbuja explotará y dicha innovación quedará exiliada a los ámbitos académicos.


El viernes (5 de febrero de 2013) un Bitcoin operaba con un valor unitario de $135, aproximándose a los $150 durante la semana, algo increíble si consideramos que a inicios de febrero esta unidad de cambio valía $20, un fenómeno que lleva a muchos a colegir que los "espíritus animales" de Keynes fueron liberados por la crisis bancaria en Chipre. A final de cuentas un fenómeno irracional.


Las aparentes ventajas de los Bitcoins también son su debilidad. Nadie quiere arriesgarse a perder millones de dólares en Bitcoins de la noche a la mañana (véase el caso "All In Vain" del 12 de junio de 2011) sin tener la garantía y certeza que da una institución como el banco central. Lo anterior deriva principalmente del hecho de que el código fuente es gratuito y público por lo que se encuentra disponible para hackers y usuarios por igual, además de que la custodia de dichas unidades de cambio requiere niveles de seguridad informáticos superiores a los utilizados por el usuario promedio.

Hay muchas cosas que se pueden hacer con los Bitcoins: los puedes convertir en una variedad de divisas, se puede apostar con ellos en casinos virtuales, puedes adquirir bienes  en determinados sitios web,  los puedes transferir a la economía real pagando con ellos servicios en hoteles y restaurantes, e incluso, algo que es de gran preocupación, puedes adquirir bienes de naturaleza ilegal. Por ejemplo, en el estado de Texas, alguien afirma que vendió un Porsche Cayman S 2007 por 300 Bitcoins; y en mayo de 2010, un programador de nombre Laszlo, ofertó a través de un foro en línea un par de pies por la cantidad de 10,000 Bitcoins. En aquel entonces dicha transacción tuvo el valor de $41, hoy valdría $1.4M.

Ahora bien, ¿porqué todo mundo espera una burbuja sobre los Bitcoins? bueno, la respuesta es muy sencilla: la cobertura de los medios sociales. Cada vez que los Bitcoins alcanzan un máximo histórico, nuevos usuarios se unen a la moda Austriaca y llevan el valor de éstas unidades de cambio aún más alto tal como se puede apreciar en la gráfica que refleja la relación existente entre el valor y el número de Tweets dedicados a la referida unidad.



A pesar de lo atractivo de esta tendencia, esto representa un gran problema. Me atrevo a afirmar que la burbuja de los Bitcoins ha llegado a niveles insostenibles y requerirá de nuevos inversionistas que no llegarán antes de un colapso que podría presentarse en aproximadamente un mes, más si consideramos que son activos sujetos a deflación y el creciente interés regulatorio que asustará a algunos seguidores de la doctrina de Hayek.

Con relación al primer problema, si millones de personas empiezan a usar Bitcoins el valor de la unidad sería estratosférica lo cual me lleva a pensar, al igual que a Félix Salmon, que estaríamos frente a un escenario de hiperdeflación. Tome, caro lector, por ejemplo un commodity valuado en $200,000. A un precio de $20 por Bitcoin, el valor de ese commodity sería de $10,000 Bitcoins. Ahora supongamos que el valor de la multicitada unidad llegáse a $200, luego a $2,000 y posteriormente a $20,000, esto traería como consecuencia una contracción en el valor del commodity de referencia primero 1,000 Bitcoins, luego a 100 y finalmente a 10 unidades digitales; situación que se agravaría si dicho commodity fuero oro, plata u otro de gran relevancia.

Con relación al segundo punto, la regulación paulatina romperá el encanto bajo el cual se encuentran los usuarios y promotores de un sistema que no se materializará bajo las premisas de Hayek. Algunos intentos regulatorios plantean la opción de que unidades de cambio digitales como los Bitcoins se sujeten al tratamiento que reciben las monedas extranjeras tal como podemos apreciar en el documento titulado "Application of FinCENs Regulations to Persons Administering, Exchanging, or Using Virtual Currencies" emitido por la agencia denominada  Financial Crimes Enforcement Network. La razón de estas iniciativas deriva del hecho de que dependemos de sobremanera de instituciones que son la materialización de la confianza y la seguridad: los bancos. A pesar de la aversión presente, los servicios financieros tradicionales cuentan con el respaldo soberano y le dan certeza a los usuarios alrededor del mundo, situación que no sucede con los Bitcoins, en este sentido se tratan de una propuesta antidemocrática ya que depende del capricho de particulares y se "regulan" con base en sus pasiones. En conclusión, los Bitcoins al ser una moda pasajera, nunca serán el medio de pago global que muchos envisionan